domingo, 20 de abril de 2014

Anástasis

Jesús es arrastrado por demonios al infierno una vez muerto. Los demonios no saben que llevan a Jesús y lo agobian como a cualquier otro condenado.

Pero poco antes de llegar a las puertas del Infierno, aquellos demonios se dan cuenta que a quien están a punto de introducir al Reino de las Tinieblas es al mismísimo Jesús.

Aterrorizados huyen y entran al Infierno cerrando por dentro la puerta. Satanás no entiende qué ocurre. Mientras, un árcangel llega con Jesús afuera de la entrada del infierno, exclamando:

- Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.

A lo que, del otro lado, irónico responde Satanás con diabólica voz:

- ¿Quién es este Rey de gloria?

Ahora es Jesús quien responde:

- El Señor fuerte y valiente, el Señor poderoso en batalla.

Y mientras lo dice, con sus brazos, arranca las puertas infernales e irrumpe poderoso. Una vez dentro lo primero que se encuentra es con las tumbas de Adán y Eva a quienes levanta de sus sepulcros a la fuerza, tomándolos de sus muñecas y comenzando la resurrección de los muertos.

(Adaptación del Evangelio apócrifo de Nicodemo).

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