jueves, 10 de diciembre de 2020

María, la Dula: Maternidad, decisión y aborto legal

«El ángel le dijo...

— Concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS [...]

María dijo:
— He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra» (Lucas 1:30,31-38).


"La anunciación" en realidad es la DECISIÓN. María recibe el mensaje de que dará a luz un bebé y ella decide el embarazo SIN consultar con José, su pareja.

El ángel Gabriel no impone a María el embarazo. De hecho ella lo confronta y cuestiona: "¿cómo será esto?..." (v.34). ¡Y el ángel tiene que responderle! No la calló, ni le dijo que era un "misterio". Le da toda la información necesaria.

Solo cuando María queda satisfecha con la respuesta, ella da su CONSENTIMIENTO: "He aquí la sierva del Señor". En griego se lee: δούλη (doule, DULA) que puede implicar "esclava", "sierva". Sin embargo, dado el contexto narrativo de una mujer que no obedece, sino que pregunta, esta expresión de parte de María es cuando menos irónica: ¡Una sierva a la que se le dan explicaciones!

María, en esta lectura, representa una MATERNIDAD LIBRE, tras confrontar al mensajero de Dios.

Lo primero que hace María tras su decisión, es ir a visitar a su prima Elisabet, quien ya llevaba 6 meses de embarazo (v.39).

«Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre». (vv. 41-42)

Nótese que Elizabeth bendice el cuerpo de María, en específico su “vientre” (κοιλίας: koilias). Secundariamente bendice al “fruto” (καρπὸς: karpos) de ese vientre. “Fruto” es a futuro, Elisabet no bendice la “semilla”, menos aún el embrión ni el feto. El foco de este pasaje es el cuerpo de María, no el embrión de Jesús.

Es claro: según este relato evangélico, a los 6 meses ya hay una “criatura” en el vientre de Elizabeth (v.41), mientras que durante los primeros 3 meses solo se espera un “fruto” futuro en el cuerpo de María.

María permanece con su prima los primeros 3 meses o 12 semanas de su embarazo. (v.56), justo después de que ella pasara su primer trimestre y Elizabeth diera a luz.

A las mujeres que acompañan a otras mujeres en su embarazo, o también, como ahora sabemos, en sus procesos de aborto, se les llama DULAS.

¡Qué giro en la historia! María le dice irónicamente a Gabriel “Aquí la dula del Señor”, y lo primero que hace María es convertirse en la dula de otra mujer, su prima.

Según la Biblia, el embarazo ES COSA DE MUJERES: decisión y acompañamiento entre mujeres, porque es el cuerpo de las mujeres el que está en juego. Y esto aplica tanto para maternidad como para aborto.

Como vimos, en las primeras 12 semanas del embarazo de María, no había un “bebé Jesús”, ni una criatura (como sí la había en el vientre de su prima con 6 meses de embarazo). Solo importaba el vientre, el cuerpo de María y lo que este pudiera tener como fruto a futuro.

María, antes que ser “Madre de Dios” (teotokos) es la DULA de Elisabet, quien le acompaña en sus propia decisión de maternidad. Una dula esta para ayudar a la mujer gestante, tanto para culminar como para interrumpir el embarazo, como lo ha hecho la dula modera Vicky Bloom

Porque hemos visto que en este pasaje evangélico lo que cuenta es la decisión de María, no el anuncio del ángel, lo importante es el vientre de María, no la semilla dentro.

Las mujeres que abortan tienen, por cierto, a Santa María de su lado fungiendo como una dula que, al igual que ella, les apoya en las decisiones sobre sus cuerpos.

#SeráLey



martes, 24 de marzo de 2020

La reforma de la iglesia invisible


Aeropuerto de Guadalajara , 19 de marzo de 2020. Inicio de la crisis de COVID-19 en México.
Fotografía: Raúl Méndez  


Una nueva conciencia de comunidad


Debido a la crisis sanitaria que ha afectado, al momento de escribir este texto, a más de 160 países, con un registro de 392,149 infectados y 17,736 muertes, vivimos en una situación inaudita para la generación que está sobre el planeta en estos momentos, independiente de los rangos de edad. Boomers, Millennials, Centennials, todos somos ahora la generación de la pandemia. 

Somos la generación de quienes no nos habíamos enfrentado a una situación tan drástica como la que tenemos encima en estos momentos. Solamente aquellos que pasaron por situaciones de guerra o en localidades como Chernóbil, donde hubo verdaderos desastres bioquímicos, habían tenido noción de una situación como la que, ahora el planeta entero se encuentra viviendo. 

En esta reclusión y aislamiento, parece paradójico tener que hablar de la comunidad. ¿Cómo hacer comunidad en un contexto en el que nos encontramos separados por una necesidad de cuidado y salud? El amor ya no se demuestra por la cercanía, sino por la "sana distancia".

Esto no es un paréntesis que durará dos o tres meses. Este distanciamiento será la nueva regla del juego social a partir de estos momentos. Tenemos que cobrar conciencia que, según las estimaciones de la OMS, al final de esta pandemia, el 60% de la población habrá sido infectada en algún momento. El objetivo es no contagiarnos todos al mismo tiempo. Lo que hará que esta situación de alerta dure mucho tiempo. Se estima incluso, que años.

Pero más allá del momento en que finalmente podamos salir de esta contingencia sanitaria, lo cierto es que cambiarán las cosas en los hábitos, valores y creencias de la sociedad. Y por supuesto, también marcará a las futuras generaciones. El sentido de grupo y lo colectivo está siendo resignificado de una manera muy profunda. El contacto cara a cara, la cercanía piel a piel, está llegando a un punto sin retorno, en el que habrá que cambiar toda la interacción que tenemos como seres humanos.

Típicamente se hablaba de las culturas de la distancia y las culturas de la cercanía.[1] Las culturas de la distancia son aquellas como los ingleses, los alemanes, los coreanos, quienes en sus gestos y saludos respetan mucho el espacio personal o, como la antropóloga Mary Douglas le llamaba, el “registro de dignidad" de las personas.[2]. De ahí que era muy frecuente hablar de la sorpresa que se llevaba el inglés que venía a una comunidad de México y era besado y abrazado por todos, y llegaba a sentirse incómodo al respecto, porque él forma parte de una cultura de la distancia, en la que 30 o 40 centímetros de alejamiento entre los cuerpos era apenas el mínimo necesario.

Por otra parte, se encuentran las culturas de la cercanía, entre las que destacan las de los árabes y las de los países latinoamericanos, a quienes nos gusta mucho el apapacho, el beso y la cercanía. Esta proxemia, es decir, esta relación de distancia entre los cuerpos, a partir de estos momentos ya no será la misma para ninguno de los dos tipos de culturas. 30 o 40 centímetros ya no son suficientes, sino al menos metro y medio de distancia. 

"Distancia social": El nuevo paradigma de interacción.
Fotografía: Crystal Eye Studio/Shutterstock

La situación es la siguiente. Esto va a provocara que, incluso cuando hayamos salido de esta contingencia sanitaria, las personas sigan preocupadas por quién se les acerca y vamos a vivir en un estado de constante “hermenéutica de la sospecha” o, mejor dicho, una hermenéutica de la sospecha del riesgo de contagio. Van a existir nuevas interacciones entre los cuerpos, los saludos, el momento de comer, el momento de estar juntos en un espacio cerrado y, por su puesto, las aglomeraciones multitudinarias en conciertos o en mítines políticos. Todo eso ya está teniendo un drástico cambio del que no podemos anticipar completamente cómo nos marcará.

Desde luego las comunidades de trabajo como las ONG o las iglesias, los cultos y, por supuesto la atención pastoral, también se verán afectadas por este nuevo tipo de conciencia de comunidad que está surgiendo alrededor del mundo.

La iglesia invisible se visibiliza


¿Cómo entonces podemos pensar en pastorales comunitarias en un contexto de aislamiento y separación? El COVID-19 vino a transformar nuestras eclesiologías haciéndolas caducas. Estamos juntos en esto y debemos pensar en forma cooperativa cómo vamos a ejercer ahora la pastoral. Personalmente tengo más dudas y cuestionamientos que respuestas. Porque no sé exactamente cuál sea la mejor forma de responder. Será entre todas y todos que iremos construyendo este nuevo sentido de comunidad.

Un concepto que es de pertinencia retomar es aquella categoría eclesiológica acuñada por Agustin de Hipona y retomada con singular entusiasmo por la Reforma desde Lutero y Calvino, la llamada “iglesia invisible".

Atendamos al Catecismo Mayor de Westminster.
P. 64. ¿Qué es la iglesia invisible?
R. La iglesia invisible es todo el número de los elegidos que han sido, son y serán reunidos en uno bajo Cristo la cabeza. Efe. 1:10, 22, 23; Juan 10:16; 11:52.
La iglesia invisible es el conjunto de los fieles que adoran en todo el planeta y en todo momento a Dios, y quienes "gozan por Cristo de unión y comunión con él en gracia y gloria"(respuesta 65). Se distingue de la iglesia visible por ser esta el territorio de confinamiento en el cual se realiza un acto devocional, un culto, una eucaristía o un servicio a Dios. Es el templo cotidiano que podemos ver a simple vista y sus congregantes.

La iglesia invisible, por su parte, es lo más cercano a una comunidad virtual[3], porque se encuentra dispersa en todo el mundo; no habita el mismo espacio específico de adoración, cada quien adora en cualquier región y parte del globo.

Algo estamos aprendiendo. Ya no es necesario estar en multitud para poder tener una experiencia significativa de fe, causa común o solidaria. Ahora, desde el aislamiento y la intimidad del hogar se crean los vínculos subjetivos desapegados del espacio físico. No es necesario estar en el mismo territorio para tener la misma causa. Esa es la iglesia invisible.

¿Cómo entonces generar un diálogo con alguien que no está a mi lado?, ¿cómo generar una interlocución con una persona distante y a quien quizá pueda ver por la pantalla, pero no tocar, oler ni tener toda la experiencia organoléptica que se da en el encuentro con el Otro. Ahora serán encuentros, más asépticos, con la menor invasión y contacto posible.

A la iglesia invisible no la convoca un espacio, sino un servicio. Es corresponderse en una visión o causa que funciona como llamado para actuar en común. El grupo pastoral, por lo tanto, se debe de pensar ahora en un sentido más que de convocatoria a un evento, en términos de un mismo llamado a la acción. Tenemos que buscar que nuestras comunidades se sientan partícipes de un mismo espíritu de misión evangélica.

Sin duda esto es una pérdida, no es algo sencillo, no es algo fácil. Vamos a atravesar un duelo por la comunidad de antaño. También un duelo por nuestros espacios. Desde luego no significa que nuestros templos se vayan a quedar vacíos. Van a seguir existiendo los cultos, los retiros, los eventos, una vez que retornemos al exterior. Vamos nuevamente a intentar llenar las bancas, pero ya no será lo mismo. Va a quedar una zozobra en nosotros, y, poco a poco, esto irá dispersando a las personas. Por eso, desde ahora, debemos comenzar a pensar en este cambio.

Porque si aspiramos a que, una vez terminada la contingencia, retornaremos a nuestras comunidades como estábamos antes, vamos a tener una pastoral insuficiente. Tenemos que adelantarnos al porvenir que ya es presente y pensar en términos de iglesia invisible.

El concepto de iglesia invisible puede desanclarse, incluso, de lo estrictamente religioso. Una iglesia o ekklesia es una asamblea, no necesariamente de fe. Es un grupo de personas con una misma causa. Entonces, va a pasar tanto en grupos religioso como en las empresas, en organizaciones de la sociedad civil, en grupos deportivos, de amistades. Sentiremos mayor confianza y mayor seguridad con el que está lejos y no con el que está cerca. Y eso, evidentemente, nos está representado un desafío pastoral muy importante.

Paradójicamente fue Nietszche, quien en "Así habló Zaratustra", parece haber profetizado esta pastoral de la iglesia invisible:
¿Os aconsejo yo el amor al prójimo?
¡Prefiero aconsejaros la huida del prójimo
y el amor al lejano![4] 
Tenemos que convertirnos en agentes pastorales de la iglesia invisible. No se trata, simplemente, de conectarse a Zoom o transmitir en vivo el culto. Este no es un cambio tecnológico, sino, primeramente, teológico y reforzado por la tecnología. Una pastoral de iglesia invisible es una pastoral de la escucha: no de la enseñanza, sino del diálogo. Ya se venía trabajando en estos modelos no centralizados de pastoral[5], y es el momento en el que tenemos que implementarlos desde las comunidades invisibles o no-localizadas.

La iglesia invisible no tiene membresía denominacional, sino identidad de fe. No tiene un liderazgo emblemático, sino conversaciones significativas. En tanto iglesia invisible se trata de crear estrategias de solidaridad y no mecanismos de proselitismo. El número no es lo importante, sino el valor de las experiencias de fe.

Tan hermano cercano será quien se sienta a mi lado en la banca (cuando esto pueda volver a ser posible) como quien está escuchando el culto por teléfono o conexión web, o con quien, quizá no está en el culto pero participa de mi causa.

Nuestras comunidades locales, que representan la iglesia visible y localizada, seguirán operando y actuando en misión evangélica. Sin embargo, el nuevo paradigma teológico y eclesiológico consiste en articular estas comunidades locales con todos aquellos que en todo tiempo y lugar adoran al Señor.

La iglesia invisible es, por tanto, profundamente escatológica, es el anuncio del Reino en todas las naciones y en toda parte del mundo como señal del fin. Y es que algo está terminando en el mundo, quizá nos resistimos a verlo. Una era está colmando su tiempo sobre la tierra para dar paso a una nueva, ante la cual debemos estar atentos, como siervos fieles y prudentes esperando lo que tanto tiempo anunciamos y que, ahora está ocurriendo.

Es la Reforma de la iglesia invisible, la era de la eclesiología escatológica, no ya como anticipo del futuro, sino como realización presente. Una iglesia transdenominacional, ecuménica e interreligiosa. En este ánimo escatológico, terminemos escuchando a otro profeta, a Karl Barth, quien ya avizoraba esta Reforma.
Dios puede hablarnos a través de un pagano o un ateo –desde un púlpito o una red social puede acotarse -, y de esa forma nos hace entender que los lazos entre la iglesia y el mundo profano permanente y repetidamente toman un curso muy distinto del que hasta la fecha creemos observar […] No obstante, los esfuerzos tradicionales pueden permanecer junto con aquellas indudables posibilidades del lado externo de Dios, en la iglesia, o en una nueva iglesia con un área mayor que el de la iglesia visible (Barth, 1960: 60-61). [6] 

REFERENCIAS

[1] HALL, Edward, La dimensión oculta, Siglo XXI, México, 2003.

[2] DOUGLAS, Mary, Estilos de pensar. Ensayos críticos sobre el buen gusto, Gedisa, Barcelona, 1998.

[3] MÉNDEZ, Raúl, "Dios te ha confirmado como amigo. Narratividad y religiosidad identitaria juvenil en las redes sociales Hi5 y Facebook", en Alberto Hernández (coord.), Nuevos caminos de la fe. Prácticas y creencias al margen institucional, COLEF, México, 2011.

[4] NIETZCHE, Federico, Así habló Zaratustra, Maxtor, Valladolid, 2007.

[5] DIAS, Zwinglio, Discusión sobre la Iglesia, Petrópolis, Editora Vozes, 1975

[6] BARTH, Karl, 1960, The doctrine of the Word of God: Prolegomena to Church Dogmatics, Vol. I, Part I [1936], trad. G.T. Thomson, Edinburgo, T & T Clark.

viernes, 3 de mayo de 2019

¿Quiere agrandar su salvación por 10 oraciones más?

La otra vez estaba por pedir unas palomitas y refresco. Comencé a pensar que la fe es como una dulcería de cine. Uno hace una larga espera para comprar productos que cuestan mucho más caros que en las tiendas y los refrescos, además, diluídos. ¿Por qué?, porque hay un evento, la película, que tiene como ritual intensificador este consumo.

Se compra en la dulcería de cine sin engaños, sabes que te saldrá más caro, pero decides comprar para mejorar tu experiencia de la películauniéndote a este valor colectivo. Finges que son productos que valen la pena.

Lo mismo pasa con la fe, no se cree engañado. Sabes que lo que te ofrece una iglesia, una doctrina, lo puedes conseguir en otro lado. Tranquilidad, bienestar, ayuda existencial. Y puede que te cueste más caro que en otros lugaes. No hablo de mero dinero. Una creencia mediada por la iglesia demanda tiempo y compromiso. Eso no tiene precio.

¡Pero el punto es que lo ofertado por la iglesia tambien se encuentra en la New Age, el coaching, un buen psicólogo, clubes, etc! Pero, con todo y todo, muchos decidimos hacer línea detrás de la iglesia y las creencias del cristianismo. ¿Por qué? Porque hay un evento, la Revelación, que nos convoca en colectividad.

La Revelación es la función estelar, todo lo demás, la música, la paz mental, la lucha contra las adicciones, los espacios de aprendizaje son solo los productos de la dulcería que hoy las iglesias venden muy caros.

Pero está llegando el momento de que las dulcerias de los cines ajusten su oferta y precios y que las iglesias ya no pongan tanto énfasis en sus beneficios funcionales, sino en el escandaloso con sonido Dolby acontecimiento de la Revelación. 



miércoles, 10 de abril de 2019

El agujero negro de la teología



La revelación de la primera fotografía de un agujero negro en el centro de la galaxia M87, virtud el trabajo colectivo de 8 súper telescopios y un repositorio informático de media tonelada, reafirman el carácter predictivo de los modelos matemáticos para conocer la realidad. Por su parte, la teología, debiera ya quedar claro, nunca podrá ofrecer una evidencia constatable ni de la existencia de Dios ni de sus diversos postulados dogmáticos: cielo, infierno, salvación, Resurrección, etc.

“Hay tantas muertes como teologías”, decía Mario Benedetti y en relación a ciencia-fe el abanico es muy basto. Hay que considerar, al menos, las siguientes tendencias. Quiero reafirmar la palabra “tendencia” porque lo que a continuación se presenta no son corrientes, ni escuelas de pensamiento, sino una taxonomía descriptiva y “grosso modo” de lo que está pasando entre ciencia y fe.


Primera fotografía de un agujero negro perteneciente a la galaxia M87. Abril, 2019


1. APOLOGÉTICA MONOLÓGICA
Se trata de quienes quieren utilizar la interpretación teológica de la Biblia como una retícula para comprender la naturaleza. Las leyes y modelos teóricos de la ciencia no deben contradecir la “visión bíblica del mundo”. La evolución es una mentira, los milagros pueden ser constatados, y Dios ha de ser demostrado mediante consecuencias lógicas (como la de “si hay un diseño, debe haber un Diseñador”), de modo tal que es científico creer en Dios. Se trata de los libros que han bebido de “El Diluvio del Génesis” de Henri Morris y John Withcomb, así como las ediciones de “Evidencia que exige un veredicto” de Josh McDowell.


2. APOLOGÉTICA DIALOGANTE
La Biblia presenta la Revelación espiritual y moral de Dios. La naturaleza es otro “libro” de Dios que tiene sus propias reglas. Sin embargo, nada de lo que la ciencia pueda descubrir por su cuenta debe contradecir la cosmovisión teísta del mundo. Los milagros no se pueden demostrar científicamente, pero no por eso no son reales, la evolución sí es falsa (o hay que realizarle importantes matices) porque degrada moralmente al ser humano al convertirlo en una mera especie animal sin propósito y no como la “corona de la creación” de Dios. Esta tendencia hace esfuerzos muy necesarios de apertura y diálogo, y es representada por científicos profesionales interesados en incorporar el conocimiento teológico en el debate científico. Aquí pueden entrar tanto los libros de ciencia-fe que publica editorial CLIE, como, y guardando las debidas proporciones, los documentales del Faraday Institute for Science and Religion. En Latinoamérica la revista “Razón y Pensamiento Cristiano”, en donde participo, está dentro de esta necesaria tendencia.


3. PARALELISMO CIENCIA-FE. 
La fe y la ciencia son dos áreas independientes, se puede sostener la evolución como modelo del universo y a las leyes científicas como válidas, pero esto no quita la realidad espiritual de la fe. Son aspectos independientes de la experiencia y pensamiento humanos. Es una postura que sostienen muchos científicos, que, pese a su práctica científica, no dejan de creer, intentando mantener separadas ambas esferas de su vida. De hecho, en esta tendencia encontramos a científicos que doctrinalmente pueden ser más conservadores que los de la apologética dialogante. En esta tendencia, más que autores o libros, se encuentran los científicos que en su práctica cotidiana pueden articular para distintos momentos y funciones el pensamiento científico y la fe. Son de los que hablaba el evolucionista Jay Gould, cuando refería a sus colegas de laboratorio que creían en Dios y que daba fe que no eran unos estúpidos, sino que eran científicos con todas sus letras, y sus creencias religiosas no hacían menoscabo de ello.


4. INMANENCIA SOCIOANTROPOLÓGICA. 
Las articulaciones entre teología, ciencias sociales y filosofía que dejan de lado el tratamiento directo del tema científico respecto de la naturaleza y se enfocan en los análisis sociopolíticos. Confieso que mis trabajos académicos pertenecen a este rubro. Pero si he de ser autocrítico, subsumir la reflexión teológica al análisis social, termina por hacer de la teología una rama de las humanidades. Me hice consciente de ello cuando un dictaminador de una revista de ciencias sociales, no sabía si mi texto era adecuado para su revista o quedaba mejor en la revista del, aún entonces existente, ISEDET. Al final sí se publicó en la revista de investigación social. Aquí estamos los que abordamos el tema teológico en tanto “fenómeno religioso”. Antropólogos, sociólogos, politólogos, literatos y otros tantos posmodernos.

Habría que poner una quinta tendencia representada por Pierre Teilhard de Chardin, quien fungió como paleontólogo y teólogo. Pero su postura ha sido incorporada dentro de la tendencia de inmanencia socioantropológica o con vertientes netamente esotéricas. Me llevé una gran sorpresa, cuando, entre quienes están en la tendencia de apologética dialogante, incluso en congresos, el conocimiento de la obra de Teilhard de Chardin era básicamente nulo.

Reconozco que las 4 tendencias presentadas son muy generales y que hay mucha diversidad en la postura ciencia-fe. Pero he querido realizar esta síntesis con la finalidad de señalar que esta fotografía del agujero negro de la galaxia M87 no debe dejarnos tranquilos como teólogos. Algo está pasando en nuestra comprensión del Universo y desde el gremio teológico parece que estamos en una fase de iteración temática debatiendo los temas de siempre, pero sin tener nuevos hallazgos. No por eso deja de ser importante la labor teológica, ¡menos aún cuando el Estado laico en la región se encuentra en peligro! Pero ¿qué aporta hoy la teología para poder comprender mejor lo que somos, de dónde venimos hacia dónde vamos?

Las preguntas centrales que antes daban sentido a la existencia de la teología se convirtieron en un hoyo negro insondable que ya no puede comprender y al que ya no puede dar respuestas. La teología se ha quedado detrás del horizonte de sucesos de la ciencia.

Quizá el papel de la teología en el futuro sea regresar a su papel de “ancilla” o sierva de la ciencia, un insumo cognitivo para las diferentes disciplinas. No veo un futuro de “teología pura”, sino uno en donde la teología nutra con sus perspectivas, argumentos y bagaje metafórico a las diversas disciplinas. La teología es esa semilla de trigo que debe morir para esparcir sus nutrientes al campo científico y ayudarle a producir mejor. Pero no será, nunca más, una espiga aislada que pueda, desde su propio brote, dominar todo el cultivo.

La teología como abono. ¡Qué mejor metáfora terrmodinámica para la disciplina que tanto amamos!



domingo, 7 de abril de 2019

Hablemos de hablar en lenguas

Fenómeno también conocido como “glosolalia”. No es privativo de los pentecostales. El fenómeno de la glosolalia se encuentra entre los santeros caribeños, sintoístas japoneses, musulmanes sufitas y en diversas religiones tribales.

El “hablar en lenguas” suele ser objeto de burla por parte de no creyentes y de protestantes históricos con suficiencia intelectual. Sin embargo, el fenómeno de la glosolalia tiene aspectos estéticos.  Theodor Adorno consideraba que la glosolalia era semejante a los momentos álgidos del canto de jazz que ocurren durante la “Jam Session” [1], para Octavio Paz, la glosolalia era una especie de dadaísmo [2].  La antropóloga Felicitas Goodman analizó ampliamente el fenómeno y encontró que se trata de patrones lingüísticos inconexos que permiten la utilización de áreas del cerebro no-prefrontales habilitando la inteligencia espiritual [3].

Hablar en lenguas es un proceso mediante el cual el córtex prefrontal cede la actividad principal al hipotálamo y la amígdala, que son áreas vinculadas a la imaginación, los procesos creativos y los valores [4], generando lo que se conoce como un “estado de consciencia acrecentada”. En la glosolalia la lengua se disocia de la motricidad racional/consciente y comienza un baile autónomo que hace emitir balbuceos, a veces consonánticos, a veces vocálicos. Parece que eso depende del grupo en donde se aprenda a hablar en lenguas pues utiliza las neuronas espejo.

Al no estar ya en el modo de vigilia consciente, el cuerpo comienza a sudar, los músculos se tensan y tiemblan y puede sentirse calor o frío. Se trata, pues, de un legítimo fenómeno biopsicosocial y espiritual.

A veces la glosolalia puede ser íntima, o colectiva como en una iglesia. Pero a veces se puede presentar de forma masificada, cuando aparece una “efervescencia colectiva” [5] que une las mentes y voluntades en un mismo sentir y sentido de solidaridad, permitiendo la libre expresión de cuerpos, lenguas y corazones. ¡Cosa que cada vez podemos hacer menos en este sistema castrante en el que vivimos!

Quizá el fenómeno masivo de hablar en lenguas más grande de la historia se registró en el Wembley Stadium en 1985, durante el evento altruísta “Live Aid”, cuando Freddy Mercury derramó de su carisma entre las multitudes y logró que hombres, mujeres, jóvenes, adultos de Inglaterra, Estados Unidos (y ahora transmediáticamente nos incorporamos latinos, africanos, gente del Asia y de todas partes de Oceanía) se unieran, mediante un efecto sorprendente de neuronas espejo en un acto ritual de balbuceo inconexo estéticamente musicalizado y espiritualmente enriquecedor.

Eeeeeeo
Eeee-eeee-oooo
Eeeoeeoeoeoerorororo
Eo
Eo
Eo
Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeoooooo
Eo
Eo
Dirodirodiriririro
Tero
Tero
Alright!

FUENTES

[1] WIGGERSHAUS, Rolf, “La Escuela de Fráncfort”, FCE-UAM, México, 2010.

[2] GARCÍA, Selene y Luis Juan Solis, “Octavio Paz: Traducción y relaciones literarias”, La Colmena 83, septiembre 2014, pp. 9-18

[3] GOODMAN, Felicitas, “Las múltiples caras de las posesiones”, en Revista Alteridades 6(12), 1996, pp 101-116

[4] BARTRA, Roger, “Antropología del cerebro. Conciencia, cultura y libre albedrío”, FCE, México, 2014.

[5] DURKHEIM, Emilio, “Las formas elementales de la vida religiosa”, FCE-UAM, México, 2012.



miércoles, 31 de octubre de 2018

Calaverita a la Reforma protestante

La Reforma protestante
celebra su Aniversario
uno más en que sale avante
su triunfo en el calendario.

Desde Wittenberg comienza
Lutero tocando una puerta
con 95 tesis escritas con sapiencia.
No pedía calaverita traviesa
sino acabar con la indulgencia
para liberar a los pobres
de ese yugo infernal
que era la cuota papal.

En Ginebra Calvino predica
los sermones con disciplina
la Muerte siempre huía
a causa de la Gloria divina.
Una ética de amor al prójimo
y de trabajo esforzado
es lo que la Reforma trajo
al pueblo esperanzado.

Visiones y profecías mileniales
de la caída de los poderosos
y el triunfo de los marginales
Müntzer lleva briosos
a rebeldes de arrabales
para derribar furiosos
a los de la pobreza culpables.

Ya no es 1517 el tiempo ha pasado
estás vieja y decadente
le dice a la Reforma la Muerte.
De las glorias pasadas nada ha quedado
y en dogmática no existe ya valiente.

Por ti vengo esta noche sin apología
a llevarme los restos de tu teología.

Camino al panteón la Flaca se lleva
a presbiterianos y metodistas
bautistas y anglicanos
también congregacionalistas
y pentecostales hermanos
todos van pasando listas
de sus esfuerzos vanos
mientras la Muerte entre risas
se frota con ansias las manos.

La Reforma por fin fenece
el capitalismo florece
su otrora brillo ya decrece
la discriminación aparece.

La Reforma Protestante está enterrada
pero en paz ella no descansa
la Catrina le atormenta desquiciada
con preguntas que respuesta no alcanzan.

¿Dónde están tu ética y liberación?
canta socarrona la Muerte
si a la derecha y del lado de bandidos
han quedado tus templos
alabanza, compromiso y misión.

¿Cómo pariste a Trump
y diste de mamar al fascismo?
pues tu dogmática obtusa
y tu liturgia vacía
sembraron el camino.

¿Por qué, se burla la Muerte,
olvidaste al pobre, desoíste a mendigos
y te fuíste con los Medios
como si fueran tus amigos?

La Reforma está atormentada
no quiere más saber
pero la Flaca aún tiene
preguntas por hacer

¿Cómo adorar a Dios
desde el odio y la exclusión?
Pela los dientes la Muerte
prosigue en su disertación.
¿Cómo anunciar el Evangelio
con la xenofobia como flagelo?
¿y como puede llamarse hermano
a quien votó por Bolsonaro?

domingo, 26 de agosto de 2018

Mamá, no me he alejado de Dios

MANIFIESTO DE HONESTIDAD DE TEÓLOGOS HEREJES ANTE SUS MADRES.

Mamá, recuerdo cuando orabas por mí con llanto corriendo por tus mejillas, pedías a Dios que me acercara a él y que siguiera el Camino de la Fe. La situación que vivíamos no era fácil, tantos problemas en casa y mis andanzas que afectaban mis calificaciones en la escuela. Estabas preocupada por mí.

Con el paso del tiempo llegó la conversión a Cristo. Dejé de ser la persona mundana fuera de la iglesia y comencé a estudiar la Palabra de Dios. Mamá, recuerdo tu alegría, emoción y agradecimiento al Señor por esa transformación. Entre tantas cuentas por pagar, enfermedades y pérdidas de seres queridos y afanes la vida, mi recepción, bautizo e ingreso al grupo de jovenes le dieron paz a tu alma

Cuando decidí entrar al Ministerio, me apoyaste, me defendiste contra quienes pensaban que perdía mi tiempo. Recuerdo que, de muchas cosas solo podía platicar contigo, porque solo a ti te apasionaban tanto las cosas de Dios como a mí. Conversar sobre este versículo, sobre aquella traducción, cenar el domingo por la noche comentando el sermón del pastor.

Y así los años fueron, muchas cosas cambiaron, tuve que hacer mi vida lejos de casa, crecer, encontrar mi camino. Hablamos menos y tuve que aprender a ser autosuficiente en muchas situaciones. Tú tuviste que enfrentar tantos problemas sin mi apoyo. Me hubiera gustado estar ahí y te pido perdón si alguna vez pude hacerlo y no estuve presente.

Mamá, hoy ves cosas de mí que te preocupan, gente, "hermanos en la fe", conocidos y familiares te preguntan qué pasa conmigo. Tú misma lo preguntas también. Ya no predico como antes, ya no creo en las mismas cosas, Dios parece ausente de mi vida. Sé que te duele, que no sabes qué ocurrió.

Debo decirte, mamá, que no es tu culpa. Tu fe hizo nacer mi fe. ¡Lo hiciste bien! Y quiero decirte algo muy importante y verdadero, ¡sigo en el camino! Es más, hoy estoy más comprometido con el Evangelio que en mis tiempos juveniles de iglesia.

Pero mamá, ojalá puedas ver que también me ha dañado la fe. Por "Cristo" perdí amistades, amores -y mis antiguos líderes me pedían que perdiera a todas las personas si era necesario; según ellos ¡hasta a ti debía darte la espalda si no edificabas mi espiritualidad! -. Por el Evangelio sacrifiqué al viejo hombre, que solo era una persona en los márgenes de la adultez aprendiendo de la vida. El dogma se volvió represión, la alabanza manipulación, las predicaciones chantajes. ¡Tuve que dejarlo! Por supervivencia.

Mas una semilla habías plantado en mí, y esa semilla está dando su fruto. Me dio la fuerza para no tomar la ruta indiferente del ateísmo, ni sencillamente dejar de pensar en Dios porque se volvió molesto. He visto a tantos ir por esos senderos.

Hoy mis publicaciones en redes sociales te consternan, extrañan, enojan. No entiendes por qué dudo, por qué me burlo de Dios, por qué convivo con tantos mundanos. Pero la verdad es que sigo creyendo, es más ¡mi fe ha crecido!, se ha hecho responsable, ya no solo acepta y obedece, ahora toma posturas, se rebela. Como Jacob, peleo contra Dios, hay cosas con las que ya no estoy de acuerdo, critico a mis antiguas creencias, vivo en constante fluctuación.

Además, me he encontrado con amistades que han pasado por lo mismo que yo, que también creen desde la crítica y la inconformidad. Y juntos estamos descubriendo nuevas rutas de fe, otras dimensiones de Dios. Inclusivas, justas, en búsca de la hospitalidad humana. Me encuentro del lado de los herejes y excluídos por las iglesias, de los cuestionadores y escépticos. Estoy bien.

Sí, ya no creo como en aquellos días, pero la fe permanece, aunque en diferente forma y caminos. Gracias mamá por tus oraciones, no me he alejado de Dios, no me he alejado de ti, simplemente maduré.


domingo, 29 de abril de 2018

¿Quién puede añadir un codo a su estatura?

Tras un fracaso de amor, laboral, familiar, en algún momento te preguntas ¿qué hice mal?. Te das cuenta que hay otras personas que lo hicieron mejor: el chico o la chica por quien te cambiaron, la persona que quedó en tu puesto, tu hermano al que tus papás sí quieren. 

Viene una etapa de auto-menosprecio, te dices que si tan solo fueras más como esas personas, no habrían terminado contigo, no te hubieran despedido. Pero nunca serás como ellos, no serás tan alto como la nueva pareja de tu ex, ni tendrás las mismas cualidades de tu hermano.

No puedes añadir un codo, ni un centímetro siquiera a tu estatura, no serás como ellos. Pero sí puedes ser mejor conforme a ti mismo, esforzarte, trabajar, obtener nuevos logros. Al principio lo harás como vendeta, esperándo convertirte en alguien por quien las personas que te cambiaron se arrepientan de haberlo hecho. Pero esa es una meta muy pequeña, y algo que tal vez nunca pase. Quien no te quiere a su lado, no te querrá, probablemente, aunque cambies de mil maneras.

Pero esa transformación y crecimiento pueden ser mejor encaminados. Sudar dia a día en esmero constante por convertirte en una persona fuerte y feliz, ¡eso sí puedes hacer!; no para que los otros sepan lo que se perdieron y vuelvan a amarte, sino para que veas la mejor versión de ti mismo, de ti misma y vuelvas a enamorarte de ti.


sábado, 31 de marzo de 2018

Teoxicación: Desconéctate tantito de Dios


Mi Dios:
No siempre está tu nombre en mi boca.
A veces me olvido de ti.
Y es bueno que así sea. Siento tu sonrisa de aprobación.
Hay ciertos olvidos que nacen de la confianza.
El celoso, que vive sin cesar la posibilidad de la pérdida, 
no olvida nunca...

En algunos evangelios apócrifos, como el de Nicodemo, Jesús desciende literalmente a los infiernos a pelear contra los demonios tras su muerte en la cruz. Pedro recoge una versión donde acude a predicar (1 Pedro 3:19).

Este "descenso" es un periodo intermedio entre la derrota y la apoteosis, o regreso triunfal, según el modelo de Joseph Campbell sobre el héroe. Para quienes estaban en la superficie, sin embargo, se vivió como un abandono, luto y ausencia. Jesús ya no está y esto llevó, a casi todos, a regresar a su vida cotidiana antes de Jesús.

Los cristianos solemos vivir demasiado de cara a la Crucifixión o embelesados por la Resurrección, nos negamos a hacer lo que los discípulos hicieron: volver a la normalidad, comprender nuevamente el mundo sin necesidad de Dios, tomar un respiro de la fe.

Vivímos con un gran "estrés espiritual", todo el tiempo defendiendo la doctrina, buscando la devoción, pensando en lo que Jesús haría en esto o aquello. Está mal, hay que descansar, soltar la pasión por la fe de vez en cuando, bajarle a esa tensión por agradar a Dios todo el tiempo. Las iglesias se han encargado de introducir en nosotros ese estrés, vivir un cristianismo total como sinónimo de fidelidad. Pero es solo obsesión.

Hoy se recomienda que nos desconectemos periódicamente de internet, noticias y redes sociales pues estamos "infoxicados", intoxicados por la saturación de información. Un fin de semana sin consultar la web, leyendo libros, paseando. Los cristianos estamos "teoxicados", saturados de información sobre Dios. 

También de Dios, Cristo, la iglesia, debemos desconectarnos un tantito de vez en cuando, desteoxicarnos, respirar, replantear. No está mal, incluso, pensar si, efectivamente, este camino de fe es lo que yo quiero, o si es el camino de fe que más me conviene. Si no hacemos un alto en el camino de nuestra espiritualidad no estaremos viviendo una fe consciente y propia, sino solo en inercia, con una creencia rutinaria y que, muy probablemente, o nos volverá, tarde o temprano apóstatas por hartazgo espiritual, o, en el peor de los casos, obsesivos que perdieron su identidad en pro de una religión, o "relación" para los creyentes millennials.

Este Sábado de Gloria, mientras Jesús está muy ocupado combatiendo demonios en el Infierno y siendo el héroe, aprovecha para desteoxicarte, olvídate de la Biblia, de la disciplina eclesiástica y sus restricciones, sal y haz lo que quieras. O simplemente quédate en casa viendo series, abriendo una botella en honor del Dios ausente, comiendo pizza y durmiendo a gusto,  disfruta, nuevamente, o por primera vez, de un mundo sin el estrés que significa andar pensando en Dios todo el tiempo.
Misato "desteoxicada" sin pensar en los ángeles, ni en los EVA ni en el Proyecto de Complementación Humana de SEELE y Dios. Neon Genesis Evangelion. 

lunes, 19 de marzo de 2018

¿Qué ves en el espejo de Jesús?

Jesús es como el Espejo de Oesed en Harry Potter. Este artilugio mágico, según Dumbledore, muestra los "más profundos y más desesperados deseos de nuestro corazón". Harry veía en él a sus padres muertos, por ejemplo. Jesús es ese espejo donde vemos nuestros anhelos de salvación, justicia y dignidad. Confundimos a Jesús con la proyección de nuestros propios motivos.

Así, los blancos ven un Jesús blanco, los conservadores a un Jesús machista; mientras que los pobres a un Jesús pobre, los defensores de los DDHH casi imaginan a Jesús luchador social. Lo cual no es malo en absoluto, pero tampoco agota todas las dimensiones cristológicas. Reconozcamos con gusto que Jesús es solo otra forma de hablar de nuestros propios intereses, un reflejo o metáfora del mundo que anhelamos, y que esto nos sirva para dialogar y revisar si, en efecto, es el mundo que queremos.  

La competencia por la apropiación de quién era Jesús es solo la colocación de nuestras propias agendas de intereses en la palestra pública. Vernos en el Espejo de Jesús es más una hermenéutica de autoconocimiento que una exégesis objetiva, por lo tanto nuestra cristología debe ser pública, sujeta a observaciones y vigilancia comunitaria.  

Se debe pasar del narcismo a la otredad. Jesus también es como el Otro, extraño, diferente, discrepo mucho de él. Cierra tus ojos, respira, enciende incieso si lo necesitas y repite una variante de la inscripción grabada en el Espejo de Oesed: ¡No es Jesús, sino de mi corazón el deseo!

Comprendamos que Jesús también es el Otro, lo que me incomoda y me perturba. Creer en Jesús no es mera satisfacción del Yo, sino descubrimiento desconcertante del Nosotros. "¿Qué ves en el espejo?", nos preguntaría Dumbledore, "¡a mi prójimo!", seria una buena respuesta.



jueves, 15 de marzo de 2018

Dios: De la metáfora newtoniana a la belleza Hawking

Cosmos significa orden, belleza. La ciencia busca encontrar las regularidades, leyes y consistencia en los fenómenos del universo, porque al encontrar pautas recurrentes se pueden realizar predicciones, tener una imagen definida y controlada de la realidad; y eso nos parece bello, al grado de que se piensa que Dios puede "probarse" mediante la armonía del universo en sus leyes eternas. Ese ha sido el legado teológico de Isaac Newton.

Para Stephen Hawking, como es sabido, Dios no tiene cabida en una visión científica de la realidad. Para él, como constantemente lo decía, claro que hay belleza, orden y leyes en el universo, pero eso no le llevó a creer en Dios.

El posicionamiento epistemológico de Hawking de no confundir leyes con Dios, debiera hacernos superar el misticismo newtoniano. Ver en Dios una entidad de leyes (mandamientos) responde a una teología de "solidaridad mecánica" como decía Durkheim, usa la norma y la coerción para regular los comportamientos mediante la fe. 

¡Así que desde luego que el ateísmo de Hawking tiene un legado teológico!, desistir de la búsqueda de Dios mediante la ciencia y sus leyes, abandonar la metáfora "nomotética" del cristianismo basada en Isaac Newton: "Dios es la ley". Bien, Dios no es ley ni orden, el universo se explica muy bien sin Dios, la metáfora newtoniana debe superarse. 

Al separar a Dios de la ley, puede avanzarse hacia una teología de "solidaridad orgánica" (Durkheim nuevamemte), en la cual Dios no sea obligatorio, sino parte de una comunidad libre de creencia compartida, pero no uniforme. Dios no es la ley, ¡y no tiene que estar en las leyes!, ni en las Constituciones políticas, ni en los Congresos, ni, desde luego, en los partidos políticos. Dios deber ser un ciudadano más en el espacio público y no el policía regulador. 

En Hawking descubrimos un universo con leyes pero sin Dios, y es un universo que sigue siendo bello, no por tener un Diseñador a cargo, no por haber sido creado, sino por el desafió constante para investigar más sobre las singularidades del espacio-tiempo y encontrar que al resolver lo que hoy desconocemos, no estará Dios... Dios no es control ni ignorancia, ¡gracias Hawking.


viernes, 9 de febrero de 2018

Cómo invertir en criptoespiritualidad



“Si inviertes tus valores cristianos  
en el banco del Señor,
vas a recibir con creces 
increíbles intereses de amor” 


Ricardo Cerratto


Tras varios años de optimismo especulativo que pronosticaban que Bitcoin, la principal criptomoneda en el mundo, iría aumentando exponencialmente su valor, este 2018 inicia con malas noticias para los inversores de dinero virtual, ya que tan solo durante el primer mes perdió un 60% de su valor. Esta debacle responde, según los analistas, a varios factores:

¿Cómo funcionan el criptodinero?

Este concepto surge por la búsqueda de un dinero no centralizado, es decir, fuera del poder de los gobiernos que garantice seguridad, integridad y equilibrio. ¿De qué forma se logra?, a través una vigilancia colectiva o en crowd, mediante la cual los archivos que soportan la moneda se van filtrando mediante la desconfianza de los agentes supervisores a fin de obtener alta confianza en su valor y transacciones. No son los gobiernos, sino los mismos inversores quienes regulan su propio dinero.

Esta idea es tan poderosa que, incluso, hay quien considera que ya se ha vuelto una especie de religión, es decir, una plataforma de creencias económicamente irracionales donde solo se busca preservar los ideales de privacidad y libertad, sin que exista una materialización real de los beneficios.

Mientras estas líneas se escriben, la burbuja de Bitcoin se está reventando, hay quienes ven en esto el fin definitivo de la criptomoneda, mientras que otros se aferran a que solo es una prueba contingente que no acaba con la esperanza futura.

Bien, dejando de lado a los especuladores financieros y sus softwares, ¿has pensado en invertir en criptoespiritualidad? Esto no es un negocio más donde puedes ser tu propio jefe, ni un coaching mágico. Se trata de re-pensar la espiritualidad en estos aciagos tiempos posmodernos.

Corre por los labios de las personas que anhelan ser progresistas conservando una conciencia de trascendentalidad, la expresión “Spiritual but not religious”, “espiritual pero no religioso”. Con esto se quiere decir que la religión representa los barrotes de una jaula de hierro weberiana de institucionalización, coerción, verticalidad y dogmas impositivos, mientras que, en este escenario idílico, la espiritualidad es el lado sonriente del sol, individual, personalizada, horizontal, de crecimiento, con creencias adaptadas y adaptables a los nuevos tiempos.

No obstante, quienes ejercitan una espiritualidad en lugar de una religión, llamémosle perfil Spiritual, terminan también circunscritos por patrones de regulación de la creencia emanados por una autoridad legitimada. Al fin y al cabo, seres humanos somos. Centros de espiritualidad, terapias alternativas, clases de yoga, gurús, coachs, libros de autoayuda, etc., son los insumos dogmáticos de los Spiritual.

Investigaciones diversas señalan que esta nueva era de espiritualidad, en el fondo religiosidad, pues como decía don Miguel de Unamuno “con poner mote (o nuevo mote) a las cosas, no se resuelve nada”, termina en una religiosidad a la carta, o en creencias heterodoxas, desinstitucionalizadas pero altamente individualistas. Paradójicamente, según la socióloga Danièle Hervieu-Léger , de esta hiper individualidad se crean nuevos nichos de creencia que reproducen, en escala variable, los entramados normativos de las religiones institucionalizadas.

Es decir, pretendiendo abandonar la religión tradicional por considerarla abrumadora, invasiva y exageradamente normativa, además de irracional y lejana al horizonte de los nuevos tiempos y avances científicos, el perfil Spiritual, puede terminar en una nano-iglesia donde también viva o haga vivir a otros un clima de vigilancia, normatividad vertical y con creencias pseudo-científicas. Hay que señalar, por ejemplo, la creencia en las “energías”, cuarzos, terapias “alternativas”, que, muchas veces pueden representar incluso un peligro para la salud del creyente Spiritual.

¿Por qué está pasando esto?, porque se olvida que muchas religiones, como el cristianismo, encuentran en sus versiones crípticas, la más profunda espiritualidad. Retomando el caso del cristianismo, las catacumbas de los primeros siglos, donde los cristianos debían refugiarse de la persecución intermitente, y luego las versiones heréticas que sufrieron, a su vez, persecución por parte del cristianismo imperial, entre las que destacan los montanistas y los cátaros, fueron movimientos sociales que derrocharon una forma de espiritualidad alejada de los parcos compartimientos institucionales desde los espacios ocultos del ejercicio de la fe. Desde el siglo II d.C, podemos hablar de criptoespiritualidad.

Como un primer esbozo de esta criptoespiritualidad, que anuncia será el más alto valor de creencia en el futuro, ¡invierte ya!, retomemos la filosofía del dinero virtual a fin de utilizarla, ahora sí, para fines religiosos. Aquí tres de sus principios aplicados a la espiritualidad a fin de encriptarla.

Creencias descentralizadas

Esto significa terminar de socavar la autoridad anfictónica o alrededor de un santuario, iglesia o dogma. En términos de ciencias bíblicas, asistimos a la debacle de la eclesiología deuteronomista que busca capitalizar fes, diezmos y lealtades entorno a un punto geográfico, el templo local, sustentando en una identidad corporativa, las denominaciones. Este es un mercado del que debes apartarte, no tarda en presentar, cualquier día de estos, un Domingo Negro, que marque la caída total de sus acciones.

La estrategia eficaz es pensar una religiosidad levítica, en el sentido del santuario portátil de Levítico. Mary Douglas incluso señala que no había uno, sino varios santuarios, pues resulta imposible que un solo centro de adoración vehiculizara eficazmente todos los sacrificios que debían hacerse si alguien deseaba comer carne. El sentido levítico de la vida es de creencias no centralizadas en mercados espirituales aglomerantes, sino fragmentados. Las casas, los restaurantes, las cafeterías, los parques y otros lugares profanos son los nuevos escenarios de encuentro con lo sagrado.

Seguridad


Reside en poder utilizar e intercambiar tus creencias sin que exista una vigilancia de parte de alguna autoridad eclesial. Las redes sociales, en particular Facebook se han convertido en insumo para la inquisición, pues se utilizan publicaciones, comentarios, fotos para acusar a alguna persona ante su instancia disciplinaria, sea obispo, párroco, pastor, líder juvenil. Estos agentes se encuentran al borde de la quiebra, y no te conviene depositar tus valores espirituales en sus manos, porque pronto estarán sin solvencia moral.

La criptoespiritualidad te permite tener comunicación segura, mediante estrategias ofensivas como bloquear a tu pastor de Facebook (no solo no agregarlo como amigo), o sencillamente abandonar cualquier iglesia que pretenda stalkearte en tu vida virtual o privada. La criptoespiritualidad rompe con las nociones de “cobertura espiritual”, “autoridad espiritual” y acota el poder de acción de los representantes de Dios, si los hay. En otro sentido, prescinde de ellos, utilizando solo los servicios validados de un “instructor”, “facilitador”, “guía”, pero sin encumbrarlo como un “gurú”. La criptoespiritualidad mantiene relaciones inteligentes, de forma contractual entre el sujeto y su orientador espiritual, delimitando hasta dónde llega su injerencia en la vida del creyente.


Vigilancia en crowd


No es honesto negar que la religión puede ser peligrosa para la humanidad. Hay creencias potencial y actualmente peligrosas. El rechazo a las vacunas, la discriminación sexual, la criminalización del aborto, el repudio a la evolución, la sustitución de medicina profesional por oraciones, buenas vibras, menjurjes con yerbas, etc. La criptoespiritualidad deja en ti el diseño de tu fe, ¡pero no confía en ti!, y te pide que ¡no confíes en las creencias de los otros! Cada creencia, y acción derivada de ella debe hacerse pública y ser validada socialmente. Para la criptoespiritualidad “ninguna profecía es de interpretación privada”, tú decides sobre tu fe, pero no puedes hacer, con el pretexto de tu fe, lo que te venga en gana. De este modo, ¡tu inversión en criptoespiritualidad queda asegurada!, pues tendrás la garantía de que tus convicciones tienen la cualidad suficiente para intercambiarse en diálogo en la esfera pública y no es solo una ocurrencia, iluminación o visión de delirio.

Someter a escrutinio público, masivo (crowd) las creencias, permite una regulación horizontal que trasciende la disciplina eclesiástica, y habermasianamente, adquiere una validez democrática a partir del horizonte comunicativo. Solo puede ejercer una criptoespiritualidad quien esté preparado para recibir retroalimentación constante, quien no se ancle en una creencia como definitiva, sino que intercambie en el mercado accionario de creencias sus convicciones para ponerlas en su justo valor. La comunidad (crowd) ha de encargarse de no tolerar las falsificaciones, creencias disfrazadas de odio, sectarismos, comportamientos de riesgo.

¡No lo pienses más!, la tendencia es favorable, es el momento, ¡invierte en criptoespiritualidad!

Recomendación Tilichera

Si deseas conocer un lugar dónde conocer y practicar esta forma de criptoespiritualidad y vives en la Ciudad de México, ¡debes acudir a la Comunidad Eucarística  Ecuménica!, ahí encontrarás un espacio de mesa abierta, sin membresía, ni dogmas a los que debas aferrarte. Es un espacio de fe descentralizada que se arma y desarma, cual altar en el desierto, cada domingo para compartir, en comunidad, las creencias y ponerlas en valor.


Fecha: Todos los domingos 
Hora: 11:00 am
Lugar: Biblioteca de la Comunidad Teológica de México.



miércoles, 20 de diciembre de 2017

martes, 12 de diciembre de 2017

Aporía

Dios es correr en un sueño,
               esmerándote, estirándote,
angustiándote
      por alcanzar ese algo
             imposible de asir,
 salir de ese dónde
       del que nunca puedes escapar;
              cual Aquiles corriendo
desesperado tras la parsimoniosa tortuga,
                                    así el alma se extiende hacia Dios,
            encontrando siempre
       y cada vez,
un infinito entre los dos.









domingo, 8 de octubre de 2017

No me interesa edificarte

La sanguijuela tiene dos hijas, que dicen: ¡Dame! ¡Dame! (...)
- Proverbios 30:15

Creyentes "millennials"

En Latinoamérica las iglesias evangélicas/protestantes comenzaron a posicionarse en los sectores industriales pues las primeras relaciones que tuvo el continente con creyentes provenientes de las tradiciones derivadas de la Reforma del siglo XVI, fueron comerciales y empresariales, con joyeros luteranos, ferrocarrileros metodistas, médicos presbiterianos, profesores bautistas, entre otros [1].

Para el siglo XX las variantes pentecostales fueron atrayendo a la Base de la Pirámide o clases bajas mediante discursos de superación social: don de lenguas en lugar de alfabetización, sanidad en lugar de seguridad social, don de profecía en lugar de orientación vocacional y de vida [2]. Mientras tanto, las versiones magisteriales del protestantismo se colocaban ilustradas y orgullosas en las clases medias, promoviendo la educación, la cultura, el american way of life como forma de diferenciación ética [3] al más puro estilo de Max Weber, para quien los protestantes se caracterizan por el trabajo, la frugalidad y el ahorro como forma de agradar a la divinidad y confirmar la seguridad de su salvación (certitudo salutis[4]

La emergencia de las teologías de la prosperidad, que por más que se les estigmatice como "neopentecostales" tienen orígen en el protestantismo histórico, incluyendo la ideología del ahora declarado presbiteriano Donald Trump, pero quien comenzó como metodista, avanzaron también sobre discursos de éxito, superación y diferenciación. Trump fue aleccionado por su pastor Norman Vincent Peale quien prodigaba la filosofía de "El poder del pensamiento positivo" (1952).  

De este modo, y acorde con los procesos ideológicos que sustentan la política económica del capitalismo tardío, las iglesias evangélicas/protestantes utilizan hasta la fecha, como principal argumento de convencimiento la superación personal, o dicho en términos eclesiásticos, la "edificación". 

Las siguientes frases son comunes los domingos al terminar el culto: 

"El sermón de hoy no fue edificante". 
"Pastor, ¡su mensaje me ministró".
"Esta alabanza siempre me edifica". 
"Vengo al culto para ser restaurado por Dios".
"Desde que ya no me da gozo la Escuela Dominical, no asisto". 



Estas y expresiones semejantes se evocan por creyentes/clientes que esperan recibir una transformación subjetiva de carácter inmediato al asistir al culto, orar, leer la Biblia o cualquier otro acto de disciplina espiritual. Hoy la queja es de que los jóvenes que tienen entre 18 y 36 años, llamados Millennials, solo buscan el hedonismo y la inmediatez. Pues bien, los creyentes evangélicos llevan décadas siendo "millennials espirituales" al estar obsesionados por la edificación en cada culto y actividad religiosa (que para ellos ni es "religiosa", sino "vital", "relación con Dios"...). 

La felicidad como fin 

Hoy en día existen rankings de felicidad, así es, coeficientes que determinan qué tan feliz es una persona, una organización y hasta un país. Estar triste e inconforme es el pecado capitalista por excelencia. Se señala que esta nueva felicidad es más bien una forma de bienestar, porque incluye factores sociales, de salud y seguridad, pero el uso de la palabra "felicidad" para englobar estos rubros no es inocente, pues lo que se trata de mostrar es que la situación social que se vive puede adecuarse en términos de un estado anímico que debe normalizarse como autoritativo. Si eres suizo, por ejemplo, parecería estúpido que te sintieras desdichado. Si tu país es el número 13 en el ranking de felicidad, no debes estarte quejando, no estás tan mal. Así, una evaluación estándar heterónoma pretende decidir sobre la situación del sujeto. 

Esta obsesión actual por la felicidad tiene su correlato teológico en las iglesias evangélicas que, a toda costa, buscan producir creyentes satisfechos o edificados. Se trata de una cadena de complicidad que, de hecho, funciona muy bien como estrategia de "engagement" o compromiso/lealtad del consumidor con una marca, o bien, de un creyente con su templo. La iglesia se presenta como una proveedora de satisfacción espiritual, los creyentes asumen que eso es su iglesia, y sobre esa mutua ilusión ambas partes buscan siempre más una de la otra: tiempo, diezmo, liderazgo, de parte de la iglesia; buen culto, mensajes ad hoc, eventos y "acompañamiento" por parte del feligrés. 


La paradoja de la edificación: humillación y paternalismo 

No soy yo quién para meterme en relaciones ajenas, pero desde la perspectiva teológica no puedo dejar de notar que este imperio de la edificación de ideología capitalista-productiva llega a desorientar a las iglesias sobre perspectivas más amplias: de carácter comunitario, de asistencia y apoyo a sectores no-edificados y que, de hecho, no quieren serlo. Y más aún, esta ideología de la edificación tiene resultados contradictorios, pues en lugar de empoderar al sujeto termina por denigrarlo. 

¿Cómo mantener la promesa (claim) de edificación a largo plazo?, ¿cómo mantener la lealtad de un creyente por más de diez años si cada domingo debe edificárseles más y más?, o como canta Marcos Vidal, ¿cómo hablar de nueva vida en Jesús, si están llenos de vida, de fuerza y de salud?. También los intelectuales orgánicos del evangelicalismo hispano como el pro-creacionista Antonio Cruz subtituló su famoso libro sobre "Posmodernidad" como "El Evangelio ante el desafío del bienestar".


¿Quién irá?, Marcos Vidal. Album "Nada especial", 1994


Como el novio que desea que su pareja se sienta con baja autoestima, miserable, fea, y con poco valor con la finalidad de siempre tenerla sujeta a su voluntad, así muchas iglesias evangélicas, bajo el argumento de la edificación, maltratan psicológicamente a su feligresía para hacerles ver que aún no están lo suficientemente edificadas, que deben mostrar más lealtad y compromiso para alcanzarla y no "caer en manos del enemigo". 

El principal temor de muchas iglesias evangélicas es que los creyentes sean demasiado felices o la pasen demasiado bien, pues entonces se alejarán de sus filas por irse con el mundo, tras el placer y la diversión, en lugar de la contricción, aburrimiento y quebrantamiento que los mantiene fieles y buscando el tipo de edificación que el mundo no da. 

Este es un proceso muy conocido en ciencias sociales. Pierre Bourdieu le llamaba habitus [5] que es un pensamiento y comportamiento de clase asumido como normativo, o bien, dicho en términos más coloquiales cuando el deseo se vuelve obligatorio. La felicidad y la edificación, que debiera ser algo que el sujeto anhele y obtenga autónomamente, se convierte en una obligación que solo se puede acometer consumiendo los bienes simbólicos y materiales que prodigan los productores de este bienestar: gobiernos, marcas o, en este caso, iglesias. 

Mi teología no es para tu edificación 

Cada persona debe lograr asumir una conciencia-de-sí que le permita tomar las riendas de su propia vida. "Ten el valor de usar tu propia razón" decía Kant, los creyentes deben tener el valor de usar su propia fe. Cada quien debe elegir, obtener y utilizar las mercancías, discursos, estados anímicos que les satisfagan, edifiquen y hagan felices. Tampoco soy ingenuo, pues la felicidad y la edificación sí que dependen de cuestiones materiales, de hecho algunas son tan necesarias (como el agua, el salario digno, la inclusión social) que se debe salir a las calles en movilizaciones colectivas para exigirlas. 

Pero un sermón, una clase de Escuela Dominical, un boletín, o toda reflexión teológica no debieran tener por norte la búsqueda de la edificación de las personas. En primer lugar, porque a menos que se esté en una situación de franca manipulación, no se puede saber con exactitud qué edificará o no a alguien, y en segundo lugar, porque hay muchas cosas en teología que sencillamente no son edificantes. 

Las denuncias de casos de pederastia por parte no solo de clérigos católicos, sino también por pastores y ministros evangélicos, concientizar sobre la discriminación sexual y de género que hoy la mayoría de las iglesias siguen promoviendo solapadas por discursos pseudo-teológicos literalistas, el llamado a la inconformidad social para denunicar proféticamente el racismo, las malas condiciones laborales, los engaños políticos, no son edificantes, dan coraje, crean polémica, son difíciles de tratar. Pero bajo la ideología de la edificación, el solo buscar sentirse bien en el culto, se invisibiliza estos temas, y a las personas que padecen por ellos. 

Particularmente esta blog no busca tu edificación ni que te sientas bien en cada entrada, tampoco es de mi interés "edificar la fe" en cada sermón, estudio o conferencia eclesiástica que doy. En muchos sentidos lo que hoy hace falta no es edificar la fe, sino deconstruirla, no es fomentar la credulidad, sino impulsar la duda y la inconformidad. El Evangelio (valiéndome de esta metonomia que funciona como entelequia) ha de avanzar sobre la desestructuración, haciendose desde los escombros de la existencia material y espiritual, no edificando, sino derribando, re-construyendo, trabajando colectivamente para buscar sí un mundo mejor, pero no un mundo ilusorio donde un "Coeficiente de Felicidad" o un "calor en el pecho mientras cantaba" nos hagan pensar que ya entramos al Reino de Dios, cuando se trata de seguir luchando por él. 


REFERENCIAS

[1] BASTIAN, Jean-Pierre, Protestantismos y modernidad latinoamericana. Historia de unas minorías religiosas activas en América Latina, Fondo de Cultura Económica, México, 1994.

[2] GARMA Navarro, Carlos, Buscando el Espíritu. Pentecostalismo en Iztapalapa y la ciudad de México, Plaza y Valdéz/UAM-I, México, 2004. 

[3] MONDRAGÓN, Carlos, Leudar la masa : el pensamiento social de los protestantes en América Latina, 1920-1950, Buenos Aires, Kairós, 2005.

[4] WEBER, Max, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, México, La Red de Jonás, 7ª. Ed., 1988. 

[5] BOURDIEU, Pierre, La distinción. Criterios y bases sociales del buen gusto, Taurus, Madrid, 1979.