lunes, 29 de junio de 2015

1 Epístola de Juan: Contra el Sistema

Lectura anti-mainstream 
(O sea, bien indi) 

A veces, cambiar una sola palabra crea un sentido muy distinto en la lectura. Lo que el escritor de la Primera Epístola de Juan coloca como "mundo" (κόσμον) no hace referencia al planeta, ni a las personas (salvo en 4:9,14), sino a un entramado de relaciones de poder que coaccionan la libertad y la comunicación de los sujetos a partir de medios objetivos económicos, de poder y administración que inciden en el mundo de la vida.  Dicho como Jurgen Habermas lo diría.

¿Por qué no Luhmann?, porque a diferencia de Luhmann, Habermas sí reconoce que la capacidad subjetiva del actor es crucial en su relación con el sistema, que "los procesos genuinos de entendimiento" no quedan sepultados en la interacción sistémica.

"Lo social no queda en modo absorbido como tal por los sistemas de acción organizados, sino que más bien, queda dividido en ámbitos de acción constituidos en términos de mundo de la vida. Los primeros están estructurados comunicativamente, los segundos organizados formalmente. Estas dos clases de interacción no guardan entre sí la relación jerárquica de <<plano de la interacción>> y <<plano de la organización>>, el segundo por encima del primero, sino que más bien, se enfretnan los unos a los otros como ámbitos de acción socialmente integrados y ámbitos de acción sistémicamente integrados" (Teoría de la acción comunicativa II, Taurus, México, 2005, 438, 440)

¿Y si en lugar de "mundo", en 1 Juan colocamos "sistema"? 



1 Epístola de Juan
 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos, tocante al Verbo de vida

215 No améis al sistema, ni las cosas que están en el sistema. Si alguno ama al sistema, el amor del Padre no está en él.
16 Porque todo lo que hay en el sistema, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del sistema.
17 Y el sistema pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

3 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el sistema no nos conoce, porque no le conoció a él.
13 Hermanos míos, no os extrañéis si el sistema os aborrece.
17 Pero el que tiene bienes de este sistema y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?

4  Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido del sistema.
y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el sistema.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el sistema.
Ellos son del sistema; por eso hablan del sistema, y el sistema los oye.
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al sistema, para que vivamos por él.
14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del sistema.
17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este sistema.

54 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al sistema; y esta es la victoria que ha vencido al sistema, nuestra fe.
¿Quién es el que vence al sistema, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

19 Sabemos que somos de Dios, y el sistema entero está bajo el maligno.

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