miércoles, 24 de diciembre de 2014

Navidad feminista poscolonial

"Mientras él decía estas cosas, una mujer entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste" (Lucas 11:27).

La mujer que exclama esto en el Evangelio es censurada por Jesus, pues él responde que son más bienaventurados quienes obedecen la patriarcal Palabra de Dios.

Este sesgo en el relato que menosprecia la fecundidad y carácter nutricio de la mujer para privilegiar la normatividad estructural obedece a una ideología político-cultural, de la cual, según el relato, incluso Jesus forma parte.

A la celebración se le antepone la norma. Así ha sido en Latinoamerica. Nuestros pueblos censurados por celebrar la vida, la tierra, la fecundidad, golpeados con políticas de "la familia chica vive mejor", que oculta el despojo de los territorios. ¿Para qué quieres hijos que trabajen tu huerta si el Estado toma tu tierra? Ahora eres pobre y mejor no te reproduzcas pues solo engendrarás más pobres.

Se nos ha censurado para bendecir a la naturaleza (femenina) acusados de paganismo, y obedecer mejor etéreos mandatos divinos (masculinos) en forma de doctrina cristiana de carácter judicial.

Se intentó acallar nuestras voces de denuncia que le recuerdan a los gobiernos que ellos maman del pueblo y al pueblo le deben su existencia, y los poderosos se defienden diciendo que son más bienaventurados los que guardan las instituciones y no arman alborotos, marchas ni manifestaciones.

Si alguna bendición mando hoy es la de esta mujer anónima, contradecida, que le recuerda al mismo Jesús que antes que salvaguardar un régimen normativo, se debe reconocer a quienes trabajan por dar y nutrir la vida.

Esta mujer que abochorna a Jesus recordándole haber sido bebé (¡como si hubiera razón alguna para abochornarse por eso!), sabía el verdadero mensaje de la Navidad: Celebrar a la naturaleza, a la mujer, a las multitudes en sus esfuerzos por dar y sustentar.

La Navidad es el momento para denunciar las normas patriarcales, de arremeter contra los régimenes políticos, como el mexicano, que olvidan que los privilegios deben ser para las personas y no para las leyes, Reformas ni instituciones. Tales instancias son por causa y servicio de la gente y no la gente para su servicio ni mantenimiento.

Con pleno espíritu navideño seguimos exigiendo el esclarecimiento del crimen de Ayotzinapa y todos los genocidios que representa, la presentación de los normalistas y de los miles de desaparecidos que representan; seguimos denunciando aguinaldos desproporcionados a políticos, patrimonios ilegales y regulaciones económicas que no aseguran la calidad de vida de la población: bajos salarios y precios altos.

Retomemos la voz de esta mujer representante de una multitud y no aceptemos censura en nuestras denuncias ni celebraciones.

Bienaventurados los vientres y pechos que dan vida y amamantan, bienaventurada la naturaleza y los ecosistemas que nos alimentan, bienaventurados los pueblos que generan la riqueza y bienestar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario