Cuando hay varios sospechosos de un robo, se les coloca alrededor de una biblia. Se abre el libro en Salmo 50:18.
Luego se coloca una llave encima de la página y se lee la parte del versículo que dice:
«si veías al ladrón,
tú corrías con él...»
Al momento ¡la llave se moverá señalando al culpable!
Fuente: Edward B. Tylor, Cultura primitiva: Los orígenes de la cultura. Ayuso, 1976.
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