Miguel Antonio Lupian, Efímera, Samsara, México, 2013.
Reseña
Miguel Lupian fue quien amablemente realizó la "Advertencia" en el libro de teoficciones Dioses cortos y otros cuentos que coordino con Damián González. A Miguel también le agradezco el obsequio de este ejemplar de su libro.
Tentáculos cthulhulianos, ojos, entrañas, sangre y conejos que se desvanecen tan pronto como aparecen, son los habitantes de las oscuras recámaras donde Lupian nos hace entrar. La microficción que le apresa, y de la cual desea compartirnos su condena, llena la mente de fragmentos carnosos y de olores sangrientos. Su pluma es contundente en la descripción y abierta en la imaginación. Zonas urbanas y rurales, y una que otra receta de embrujos que el lector, si lo desea, puede realizar; una hormiga blanca saliendo de su respetable nariz será garantía de su eficacia.
Una probadita
"Dudé por primera vez de papá cuando me habló de alma. Supuse que debería encontrarse cerca del corazón, pues se tocaba el pecho cada vez que la mencionaba. Tenía que averiguarlo. Descolgué del cobertizo una hoz y el cadaver de una zarigüeya que papá encontró merodeando la basura. Corté el pecho del animal, pero sólo encontré músculos y huesos. Por la noche llegué a la conclusión de que alma era exclusiva de los humanos, así que busqué la tumba del señor Hodgson, aquel viejo malhumorado que falleció una semana atrás. Encontré lo mismo que en la zarigüeya... De regreso en casa, se me ocurrió que alma sólo se encontraba en los humanos vivos. Empuñé con fuerza la hoz y corté mi pecho. Antes de perder el conocimiento, percibí una luz que salía de mi cuerpo. Sonreí. Papá no mentía".
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