Creo en Dios despatriarcalizado,
autor del Universo en evolución,
una Selfie de sí mismo.
Y en Jesucristo, una más entre las divinidades
adoradas en un mundo de plurarlidad religiosa,
que fue concebido de forma subrogada,
exhibiendo las desigualdades sociales.
Nació de María (una adolescente pobre,
como las Britanys y Kimberlys que nos rodean,
con dignidad de mujer y mente de líder).
Padeció bajo el poder de las políticas multiculturales
tanto de Roma como de Jerusalén;
tratado como un refugiado sin patria de amparo.
Fue arrestado, interrogado, torturado, asesinado,
su cuerpo tuvo que ser identificado, rescatado,
defendido para sepultura.
Encaró la muerte,
descendiendo a ella por la violencia del Estado.
Al tercer día resucitó de entre los muertos,
lo que pone en crisis la racionalidad, pero no hace eliminarla,
ni eliminar la ciencia de los currículos escolares,
ni cambiar el evolucionismo por delirios creacionistas.
Ascendió hacia la capa de ozono,
que pone hoy en crisis al mundo,
que encara un real calentamiento global.
Está sentado a la diestra de Dios Padre, Madre,
Rinoceronte negro occidental, León marino japonés,
Pájaro Dodo, Tigre de Tazmania y otros tantos extintos;
cerca de Moisés, Abraham, Mahoma y Alá,
al costado de Buda, Shiva y los kamis de la naturaleza,
jugando con orishas y el Niño Fidencio,
bailando con María Lionza y Yemayá.
Desde allí viene diariamente a nuestras conciencias,
para que reflexionemos sobre lo que le hacemos a vivos,
antes de que estén muertos.
Creo en la Ráfaga de Viento Sagrada, Espíritu Santo,
que dota a mujeres, a hombres a
heterosexuales, homosexuales, transgénero...
de valor y estrategias organizadas para denunciar
feminicidios, homofobia, racismo, xenofobia;
para exigir acceso equitativo a la salud y a la información,
con discernimiento para reconocer y denunciar noticias falsas,
porque hacen falta las vacunas y los métodos anticonceptivos.
Creo en la Red Social, no virtual, no de clics,
sino la que se fragua en las calles,
al calor de la protesta cívica,
del apoyo de unos a otros;
el esfuerzo por empleos estables,
la garantía patrimonial,
la reivindicación de los cuerpos marginados
fuera de los cánones de belleza,
sin tiempo para correr diariamente,
ni energía para comer solo vegetales.
Creo en la vida de viajes y descubrimientos,
pero también de amor y de familia.
Amén.
Raúl Méndez Yáñez
Me compartió el blog una amiga. Impresionante loco!! Muy bueno!! A compartir!
ResponderBorrar¡Muchas gracias!! me alegra que sea de tu agrado.
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