Publicada en el año de 1967 en Buenos Aires, Cien
años de soledad de Gabriel García Márquez, ha sido clasificada, por los obsesionados por
las clasificaciones, dentro del género de “realismo
mágico”. Narra la historia de la familia Buendía a lo largo de seis
generaciones dentro de los márgenes del poblado de Macondo.
Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía son los
inauguradores de la estirpe cuyo desarrollo definirá el destino de ese terruño llamado Macondo. Supersticiones, credulidad
ante charlatanes comerciales, manifestaciones sobrenaturales, guerras y
leyendas conforman este mágico universo.
Cien
años de soledad es una realidad paralela de la vida cotidiana de
Latinoamérica en sus múltiples vicisitudes,
esperanzas, sueños, magia y deseos. Realidad a la cual todo lector de éste
relato podrá hacer converger con su propio entorno. A lo largo de las generaciones, la familia
Buendía vive bajo la sombra de la profecía de los pergaminos de Melquíades, un
gitano itinerante amigo de Don Arcadio. Cada generación intenta abrirse paso en
medio de su realidad mientras vive con el temor de aquel destino fatal por
todos sospechado.
La lectura de Cien
años de soledad resulta imprescindible para cualquier interesado en la doctrina de la predestinación, y que
busque entenderla desde Latinoamérica, aparentemente predestinada a ser una
región “subdesarrollada”.
Descubrimiento bíblico arqueológico en Latinoamérica
Se ha descubierto, por parte de un grupo de expertos arquéologos, un reciente manuscrito bíblico ¡en Latinoamérica! Al momento la traducción es muy incierta, llena de polvo y olor a viento, pero se han podido rescatar los siguientes versículos.
5:1 Este es el libro de las generaciones de
don José Arcadio Buendía. El día en que fundó
Macondo, a semejanza de sus empresas lo hizo.
5:2 Y antes de fundar Macondo, tras una
fatal pelea de gallos, conoció don José Arcadio a su esposa Úrsula Iguarán y
engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen y llamó su nombre
Arcadio.
5:3 Y aconteció que tras fundar Macondo José Arcadio engendró un hijo y llamó
su nombre Aureliano, y he aquí que nació con los ojos abiertos.
5:4 Y fueron días de Arcadio, después que
engendró a Aureliano, y engendro una hija, Amaranta.
5:5 Y fueron los últimos días de don José
Arcadio una sombra atada a un castaño, y murió.
...
5:7 Vivió Aureliano en años previos a los de la Compañía Bananera, y promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos, y engendró hijos, diecisiete hijos (...)
De aquí se pierde la lectura hasta el siguiente versículo
14:13 Caminó pues Remedios la Bella desnuda,
y desapareció entre sabanas porque se la llevó el viento [...]
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