- ¡Andale!, ¿sí?
- ¡Ya te dije que no!
- ¡Vamos!, ¡te va a gustar!
- Es que me da miedo
- Prometo hacerlo con calma, poco a poco.
- Bueno, pero ¿entra muy duro?
- La verdad sí, pero es maravilloso.
- Pero aquí no, en donde nadie nos vea.
- Nadie nos ve.
- Okey, ¡hagámoslo!
- ¡Genial! repite después de mí: Señor Jesús; te pido que entres a mi corazón...
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