¿América Latina se está volviendo protestante? preguntaba desafiante David Stoll en 1991.
A casi un cuarto de siglo después se puede decir que NO. Los protestantismos - incluyendo la rama pentecostal - han crecido pero no dominado (salvo algunos municipios).
Justo en la década de los 90 los protestantismos pasaron de vangiaridas cívicos y de la laicidad, promotores de modelos productivos locales a meros guardianes de la moralidad.
Esto se relaciona con el auge de los tratados de Libre Comercio, la apertura de puertas de mercado desde Estados Unidos que se sumaron a la ubicua presencia de las agencias misionera, dando como resultado un tráfico de remesas ideológicas hacia el Sur y un compromiso con agendas de derecha.
Desde luego esto por el intento del debilitamiento de las guerrillas centroamericanas y el avance de la teología de la liberación.
Ahora tenemos protestantismos homofóbicos, en contra de leyes de igualdad de género, aborto legal, ecumenismo, evolución... se perdió la oportunidad.
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