La Iglesia Católica ha mutado de
manera sorprendente en los últimos años. La renuncia de un papa, Benedicto XVI,
la elección de un sucesor petrino no europeo, Francisco, el reconocimiento del
carácter criminal del sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de la orden Los Legionarios de Cristo, culpable
(nunca enjuiciado) de actos sistemáticos de pederastia, y, el reconocimiento que de hecho, no es el único caso
Otro nivel de transformación es el ingreso al social media, se vive una digitalización del catolicismo. Benedito
XVI fue el papa que dejó un momento la paloma del Espíritu y decidió acoger al canario azul, Larry . La cuenta @pontifex en Twitter ha tenido un éxito
contundente, pero más allá de su funcionalidad, destaca el gesto simbólico de
anclar la comunicación de la Iglesia a una plataforma de uso masivo. Por su parte
Francisco ha sido el papa de las social
networks. Desde su elección hace un año, hubo reacciones a la misma en
Twitter, en Facebook, Youtube. Memes y sátiras se difundieron de manera inmediata.
Más recientemente ha circulado por la red una usie (selfie con amigos) de Francisco con un grupo de jóvenes católicos, que se volvió viral.
Como ya nos venían advirtiendo
observadores y estudiosos del fenómeno religioso, el catolicismo ha dejado de
ser un monolito y tiene actualmente un rostro bastante plural, incluso desde
los lugares oficiales. Estamos, por tanto, en una coyuntura de alto impacto en
la Iglesia Católica, quizá el preámbulo para profundas transformaciones
estructurales.
Es en este escenario clave de
mutación donde se ancla la figura del Obispo Raúl Vera , un religioso consagrado
a la defensa de los Derechos Humanos, candidato al Premio Nobel de la Paz. Con su
reciente publicación El Evangelio Social
del Obispo Vera, Bernardo Barranco, presidente del Centro de Estudio de
las Religiones en México, y uno de los observadores electorales y de las iglesias, más
importante en nuestro país, ha logrado enmarcar la figura de Raúl Vera en este
escenario de decisivos cambios en el catolicismo.
Los medios informativos, tratando
de causar sensación, han enfatizado, y casi centrado, esta obra en el tenor de
las denuncias contra la pederastia. En realidad, las jornadas de entrevista que
Bernardo Barranco sostuvo con Raúl Vera trascienden este tema, de por sí
importante y de necesaria atención judicial, pero que forma solo un elemento de
ese Evangelio Social.
El Evangelio Social aquí
presentado no es meramente la doctrina social de la iglesia, generada en el
siglo XIX y afianzada en el Concilio Vaticano II. El término “Evangelio” es del
todo pertinente, pues no se trata de ideas o dogmas sistematizados, sino de ese
buen mensaje religioso traducido en acciones de defensa, denuncia,
acompañamiento y consolación. El prólogo está a cargo de Javier Sicilia , poeta
y activista.
El Evangelio Social del Obispo Vera, retrata la trayectoria
de este defensor de los Derechos Humanos en Saltillo, Coahuila y en otras
partes de México, que suma a estas transformaciones del catolicismo a nivel
global, promoviendo que se convierta en algo distinto a las imágenes barrocas,
represoras e indiferentes a la realidad social que todavía persisten en el
imaginario colectivo sobre esta Iglesia. Raúl Vera es anticipo profético de
un catolicismo ligado a la vida humana, de un Evangelio que anuncia el beso de
la justicia y la paz.
Bernardo Barranco, El Evangelio
Social del Obispo Vera. Conversaciones con Bernardo Barranco, Grijalbo,
México, 2014.
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